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16 de abril de 2010
Ayer fue un día especial, todo me salió bien, hice nuevos amigos, pero más allá de eso, pensé en ti, pero no con una lágrima como otras veces, si no que con una sonrisa. Por fin pude recordar nuestra linda y trágica historia sin que mi corazón sienta un vacío, un vacío que varias veces traté de llenar pero que nunca pude del todo porque siempre eras tú quien estaba en mi mente.
Di lo mejor de mí para que lo nuestro perdurara y aun así me siento culpable porque nunca te di lo que necesitabas. Hasta ayer me dolía mucho pensar que ya no estás, que te fuiste de mi lado para siempre y que no pude hacer nada para evitarlo. Pese a todo lo que sufrí, te sigo queriendo y no te guardo ni un poquito de rencor.
Quise acabar con esto como muchas veces lo hice en el pasado, terminar siendo amigos para ayudarnos mutuamente a superar el dolor y a controlar nuestros sentimientos; pero no pude, con sólo escuchar tu voz, volvían esos sensaciones que se hacían más fuerte con el tiempo. Finalmente comprendí que nos hacía mal estar juntos y que lo mejor para los dos seria tomar nuestros propios caminos.
Ésta es la úlitma línea de la página que estoy dando vuelta. Doy gracias por haberte conocido, me has echo crecer, me enseñaste cómo ser más fuerte, fueron tan lindos los momentos vividos que no creo poder olvidarlos.
